El post del que os vengo a hablar
hoy es el que encontraréis en el enlace de a continuación:
El blog en el que se aloja es la
página de “Liceus”, un centro de postgrado on-line. Se trata de un grupo
interesado en la formación a distancia sobre temas relacionados con las
Humanidades y Ciencias Sociales. Para ello, cuentan con colaboraciones de
diferentes profesores universitarios, entre los que se encuentra esta entrada
dedicada a los etruscos. Consta de dos partes, la primera de ellas titulada
“Los orígenes de Roma: los etruscos” y la segunda “Los orígenes de Roma: los
etruscos 2”, a la cual se puede acceder por medio de un enlace facilitado en la
parte inferior de la primera página. Así mismo, cuenta con una tercera parte o
“bibliografía”. Las tres entradas están firmadas por Antonio Pérez Largacha, de la Universidad
de Alcalá.
La primera de ellas la divide en
dos partes. Comienza con una introducción
en la que nos introduce a los etruscos dentro de la Península itálica. Sin
embargo, refleja un claro interés en que percibamos la cultura etrusca como
algo no homogéneo del todo, sino con sus peculiaridades perceptibles entre las
zonas de costa e interior. Así mismo, introduce la idea del comercio con
griegos y fenicios como motor esencial de su economía y los hace precursores de
los contactos de Italia con el mundo exterior.
La segunda parte es el desarrollo. En él hace una primera
diferenciación entre las tres teorías propuestas sobre el origen de este
pueblo: la autóctona, la oriental y la que posiciona el origen de los etruscos
en la norte de Italia. Así mismo expone la tendencia actual del autoctonismo
mezclado con influencias orientales y griegas como eje vertebrador de la
creación de la cultura etrusca.
Seguidamente nos hace un breve
resumen de la historia etrusca, desde su auge demográfico en el S. VIII a.C. y
la creación de las élites aristocráticas, hasta su expansión territorial. Todo
esto lo interrelaciona con la evolución del poder etrusco, registrando entre el
S. VII y VI un retraimiento del poder del rey. Esto sucedería en paralelo a la
fase orientalizante del mundo etrusco que la coloca en torno al S. VII, en la
que se potencia favorablemente el comercio y las actitudes de simposio entre
los miembros de la aristocracia. La construcción de “edificios institucionales”
y grandes tumbas sería el reflejo de esta poder creciente. En todo esto, por
supuesto, jugará un papel muy importante la riqueza minera del territorio.
Comienza así el proceso de
consolidación de la vida urbana en ciudades fundadas con rituales concretos.
Estas ciudades serán los centros receptores de las ideas y extranjeros y
tendrán una estructura característica que heredará el mundo romano. Por último,
el post finaliza describiéndonos el desarrollo del artesanado y la creación de
la confederación de las 12 ciudades etruscas.
Es en este punto donde comienza
la segunda entrada la que antes he hecho referencia, firmada por el mismo autor
y que es una continuación perfecta de los temas tratados con anterioridad.
Nos remonta para comenzar en el
S. VI a.C., donde se registran una serie de cambios internos dominados por
impulsos igualitarios dentro de la sociedad. Se produce el despoblamiento de
los centros rurales a favor de las polis y estos cambios afectan al comercio.
Con la derrota en Cumas de 474 a.C. comienza la crisis que durará todo el S. V
a.C. Esto desencadenará la invasión de las tribus galas y el avance del poder
de Roma, que acaba encerrando a las ciudades etruscas en sus recursos agrícolas
primigenios.
El autor continúa haciendo un
breve resumen de la sociedad etrusca y destaca el papel de la mujer en ella
como un elemento de discordancia con los griegos y romanos, pues estas jugarían
en Etruria un papel muy importante en las alianzas entre familias
aristocráticas.
Por último nos habla de la religiosidad en el mundo etrusco,
momento en el que destaca las tumbas principescas con grandes ajuares que
supondrían el reflejo del ideal aristocrático y de creencia en el Más Alllá.
Los ritos de fundación y adivinación tendrían un papel importante junto con la
creencia en que los dioses intervenían constantemente en la vida de los
ciudadanos.
Por último, encontramos la
bibliografía, muy extensa, que prácticamente ocupa la misma magnitud que las
dos entradas a las que he hecho referencia. La divide en varios apartados para
que el lector encuentre fácilmente lo que más le interesa: influencias en la P.
Ibérica, mundo funerarios, las culturas de la Edad del Hierro, religión,
escritura, etc. Parte de la bibliografía está comentada e incita muy bien al
lector a adentrarse en otros temas importantes del mundo etrusco que no ha
podido abordar en el texto.
Personalmente es una de las webs
que más me han gustado de todas las que he visto que tratan el tema etrusco. El
contenido está muy bien hilado y está dirigido hacia un público ya interesado
en el tema que puede entender esto dentro de un contexto histórico previo
configurado. Sin ser demasiado extenso, es capaz de crear una idea general del
panorama etrusco desde sus comienzos hasta su decaimiento. Además,
interrelaciona constantemente la historia social con el contexto histórico
vivido en cada momento y refleja bien las consecuencias que esto tiene en el
panorama arqueológico de Etruria. Son dos entradas completamente recomendables.
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